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Marie-Anne DAYÉ

Conceptrice - Rédactrice

El deporte, una fuente de motivación para Adán

Para Adán Estuardo Orellana Catalán, el deporte es mucho más que una forma de ir más allá. También es una fuente de motivación para mantenerse saludable, inspirar a sus hijos, integrarse a la comunidad de acogida y combatir el aburrimiento.

Texto y foto principal: Marie-Anne Dayé / Traducción: Francisco Salazar

Originario de Sanarate, Guatemala, este hombre de 33 años comenzó en el deporte de una manera algo inesperada. A los 12 años, dejó la escuela para trabajar en una panadería, entrando así en “una vida adulta”, dice. Empezó a fumar cigarrillos y a beber alcohol. A los 15 años, lo alentaron a probar el balonmano, y fue entonces cuando dejó de beber. El deporte le salvó la vida tres veces, y esta fue la primera, dice él. Tras regresar a la escuela, sus calificaciones mejoraron considerablemente y obtuvo una beca para estudiar en la capital. Durante los entrenamientos de balonmano fue destacado y reclutado para el equipo nacional. Este deporte formó parte integral de su vida durante los siguientes nueve años.

Luego, se enroló en el ejército. Su rango le permitía entrenar regularmente, y empezó a dedicarse seriamente a correr. Entonces sintió el deseo de dejar de fumar, temiendo que un día pudiera desarrollar cáncer de pulmón. “Inhalé una última bocanada y no volví a tocar un cigarrillo. Pero necesitaba encontrar algo para compensar la ansiedad que me causaba.” Así fue como empezó a correr. Los maratones y ultra maratones se volvieron la norma. ¡Adán era incansable!

La determinación da frutos

Después, ocupó un puesto en el gobierno bien remunerado, aunque incierto durante mucho tiempo. Durante este periodo, practicaba remo de manera profesional y a menudo iba al trabajo en bicicleta o corriendo para evitar las tres horas del tráfico matutino y vespertino.

Él y su esposa, quien es psicóloga, acordaron que ella dejaría de trabajar para dedicarse a cuidar a sus hijos en casa durante los próximos cinco años. Si Adán iba a Quebec, podría ganar un poco más y asegurar un mejor futuro de modo que la familia pudiera establecerse allí.

Así, fue contratado en una granja lechera en Saint-Ubalde y comenzó a trabajar en junio de 2023. Era el único empleado y a veces trabajaba hasta 75 horas semanales, lo que le dejaba poco tiempo para entrenar. Se sentía aislado y echaba mucho de menos a su familia. Sin embargo, encontró el coraje para recorrer cientos de kilómetros cada semana para entrenar con el equipo de balonmano de Lévis. Es la tercera vez que el deporte le salvó la vida, recuerda Adán. También recibió el apoyo de sus empleadores y de un consejero de la empresa para participar en el Maratón de Montreal. Sus tres meses de entrenamiento intensivo valieron la pena: batió su récord personal y corrió 5 km en 17 minutos.

El atleta también ve en el deporte una forma de socializar. Se acercó a la organización Accès Travail Portneuf y participó en varias actividades que ofrecen. “Hay muchas cosas que no hubiera hecho si no fuera por la ayuda de Fernand y Samuele”, dice. “Al principio, tuve varios incidentes en la granja, incluido un accidente laboral. Me dieron la guía de información sobre mis derechos. A veces no prestamos atención, no la leemos. Pero ellos siempre nos dirigen a la página de la guía. Creo que deberíamos encontrar otra manera de asimilar aún mejor la información, como con videos”. Samuele Seri, agente intercultural en Accès Travail Portneuf, ve en Adán un gran modelo de perseverancia para los trabajadores extranjeros temporales. “Muchos se pierden en la rutina laboral. No es su culpa, pero se aíslan un poco. Y hay espacio para la depresión y los momentos difíciles. Pero Adán encontró la fuerza, especialmente a través del deporte, de salir, integrarse y conocer a mucha gente. Hizo muchos esfuerzos para mejorar su situación y la de su familia.”

Adan y sus jefes, que le ayudaron con la mudanza a Quebec.
Adán con su familia durante una visita a las ruinas de Iximche.

Una nueva aventura en Quebec

Cuando sus jefes en Saint-Ubalde le anunciaron que se jubilaban y vendían su ganado, Adán no tuvo más opción que regresar a Guatemala o encontrar otro empleador en Quebec. Gracias a su red de contactos, consiguió un trabajo como lavaplatos en el Fairmont Le Château Frontenac. Con un horario de trabajo menos cargado, podrá entrenar más y tomar clases de francés. “Para mí, venir a Canadá es una oportunidad para crecer. Si vienes con la mentalidad de ganar dinero, concentrarte en el trabajo y construir tu casa en tu país, está bien. También puedes venir con la mentalidad de abrir el camino para tus hijos. Hay que relacionarse con la gente de aquí y aprender el idioma”, afirma Adán. Como el deporte es parte de su ADN, espera en secreto que sus hijos, si así lo desean, sigan su camino y, por qué no, se integren a un equipo olímpico canadiense.

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