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Marie-Anne DAYÉ

Conceptrice - Rédactrice

Para Rosa María, la tranquilidad es lo primero

Texto y fotos : Marie-Anne Dayé / Traducción : Francisco Salazar

“¡Me gusta el invierno!”, dice Rosa María González Pérez durante la conversación. “Hay muchas cosas que hacer, no es necesario quedarte encerrado, ¡hay que salir! Puedes ir de excusión con tus raquetas de nieve, además el sol brilla, el cielo es claro y azul, ¡todo es genial”.

Hace dos años, Rosa María dejó Toluca, México para vivir una nueva experiencia en Sept-Îles. Su ciudad natal de clima templado está cerca de la Ciudad de México, a unos 2,668 km sobre el nivel del mar. Esta mexicana de sonrisa contagiosa está acostumbrada a las temperaturas frescas e incluso no le gusta el calor. También, la necesidad de seguridad fue un factor determinante en la elección de su destino. “Aquí me siento libre, estoy bien. El estrés que tenía en México no se puede comparar con la paz y la tranquilidad que puedo disfrutar aquí”. Sept-Îles estaba diseñada para ella.

Una nueva etapa

María es licenciada en gastronomía, durante 18 años tuvo un negocio en su ciudad natal hasta que la pandemia complicó sus planes. Por desgracia, su padre murió a consecuencia de la Covid-19 y todo cambió en su familia, explica. “Inicié los trámites para venir a Canadá y me seleccionaron. En ese momento pensé que sería mi mejor opción. Al final, puedo decir que sí, soy feliz aquí”.

Su empleador, la Pescadería Fortier, la contrató como jefa de cocina. Ahora en la sección de comida preparada, Rosa María elabora nuevas recetas como los poke bowls, pizzas de marisco y ensaladas con productos locales. “Me encanta mi trabajo, me gusta ser creativa y siempre me ha fascinado cocinar”, confiesa Rosa María.

Tan lejos y tan cerca

Vivir tan lejos de su familia es el principal reto para Rosa María, especialmente de su madre quien padece demencia y a la cual está muy unida. Afortunadamente, hablan con regularidad e incluso, el año pasado pudieron reunirse en Sept-Îles durante un mes. “Estar lejos de la familia es difícil para mí, y sé que tengo que afrontar todas estos retos y dar gracias a Dios por seguir disfrutando de ellos y a través de todas las formas posibles, ya sea por Zoom o por teléfono”, dice.

Rosa María ha tenido la oportunidad de viajar a varios países y planea seguir haciéndolo. Pero es en Sept-Îles donde quiere establecerse, sobre todo porque allí ha encontrado el amor. Algún día le gustaría abrir su propio negocio y seguir viviendo de su pasión, la cocina.

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